junio 12, 2009

Creer o No Creer?

Con el paso del tiempo, y sabiendo que no todas las promesas se cumplen, llega un momento en donde no sólo ganamos experiencia, sino que también perdemos la ingenuidad y no creemos todo lo que nos dicen. Quizás eso haga que un poco se pierda la magia de esperar cosas de los demás, del amor, de la vida. Primero dejamos de creer en Papá Noel y en los reyes magos, luego dejamos de creer que papá y mamá son esos seres perfectos que jamás se equivocan, más tarde dejamos de creer que estamos en un mundo donde se puede vivir en libertad... Y también dejamos de creer en las promesas que nos hacen las personas que amamos. Pero es imposible construir algo con una persona si no le creemos nada, entonces... Cómo hacemos para poder creer en que alguna vez nos dirán la verdad?
Las desilusiones nos llevan a generalizar los casos. Si nos mintieron nueve hombres, el décimo que aparezca “también nos va a engañar”, eso pensamos de antemano. Y si termina resultando que el décimo es el primero que no nos mentirá? Perdemos tanto al arriesgarnos a creer aunque sea una vez? Ya sé, pueden decir que al arriesgar se puede perder, pero también podemos perder por no arriesgar...
Cuesta creer. Sobretodo cuando oímos excusas tan inverosímiles que, además de engañados, nos hacen sentir subestimados por completo. Y si esas excusas fueran ciertas? Por qué siempre pensamos lo peor? Qué tiene de malo, al menos por una vez en la vida, creer?

No hay comentarios.: