enero 22, 2010

Frutas Podridas

Todos las odian y todos cargan con ellas. Quién no las tuvo en la boca? Quién no las vio nacer, y las sintió revoltosas, pujando por salir? Porque, pese a que de niños nos enseñen que mentir está mal, también nos enseñan a callar para no herir. Y a callar porque se debe callar. Y luego de tantas omisiones llegan las distorsiones, para que todo encaje un poco más. Al fin y al cabo, esa es la consigna en este mundo: encajar. El hombre tiene que encajar dentro de una sociedad, dentro de una familia. El hombre debe encajar su miembro adentro de una mujer. Todo está diseñado para que encaje perfectamente, como un rompecabezas. Frutas que caen del arbol, se golpean contra el suelo y pudren todo lo que las rodea. Los hombres las cosechan y las llevan a sus casas para alimentar con ellas a sus familias, sienten que limpian sus vidas comiendo un poco más de esa basura que les han hecho ver como buenas costumbres.
Soy un niño que no ha madurado el proceso de las omisiones y las distorsiones. Soy el hijo puto y artista que salió de una familia mega conservadora. El pretendiente melodramático de todos los pelotudos que pasan por mi vida, de todos los equivocados. La fruta podrida para todas esas frutas que realmente apestan a mediocridad. Llevo en mi mano palabras porque me gusta llevarlas conmigo y que todos las conozcan. Dónde están los honestos, los transparentes? Todo es una gran bruma... Quiero crecer tanto hasta que verme sea algo insoslayable para tu mirada. Mi deseo es ser una sombra luminosa cubriendo toda la ciudad, empapándola con mi luz escandalosa. Soy un animal que aprendió a caminar en dos patas lentamente, intentando atrapar al cazador...