enero 21, 2011

Solitarios

Ya me acostumbré a sentirme el número impar. Solitario en mundos para dos. Nací solo y es muy probable que muera solo, ya que nadie morirá a mi lado en el mismo momento. A partir de esta reflexión, no es tan mala la soledad, ya que las puntas de la vida nos encuentran en ese estado.

En ocasiones, la soledad se siente tanto que duele. El colectivo se convierte en la galaxia donde giran y giran parejas mientras estoy sentado solo. Sin nadie que me llame, sin nadie que me escriba. Miro alrededor y todas son parejas felices, o al menos parejas. Estoy en el centro y no me enorgullece mi supuesto lugar de privilegio, en esta posición me encuentro más vulnerable que el resto. Todos hablan incoherencias, se besan, se acarician. Tal vez no sean tan bellos como vos o como yo. Tal vez no sean tan inteligentes. Pero están juntos, mientras que nosotros no somos más que soledades viviendo en un mundo donde uno no es nada sin un otro.