Esta lucha constante. Este escaparle a la soledad, que nunca me alcance. Que me toque cualquiera antes que ella. Mi piel ha nacido para ser explorada, para ser cubierta, para ser usada. Ya no duermo, ya no bebo, sólo me queda el sexo. Y tu cara. Y tus manos. Y tu perversión.
Me gusta fingir una inocencia que ya nadie podría creer, y me sorprende que aún confíes en mis palabras. Darte estas manos que ha nadie han tocado, esta boca que nada a tocado. Nada sé hacer, sólo espero tu guía, tu apoyo! Sí! Tu gran apoyo! Firme, insoslayable, magnánimo... Oh, si! Jamás antes había visto a nadie como tú! Eres perfecto! El mejor! Sí... Y así me hago adicto a este juego de cambiar la verdad por palabras que me den algo más práctico que el valor de ser honesto.
No te vayas, quédate a mi lado. Sólo un minuto más. No soporto las despedidas, es mejor irse con lo puesto y sin aplausos. Mis zapatos de vagabundo ensuciando tus sábanas, y mi lengua limpiando tus ganas. Perra. Sucia. Sucio? Sucia? A veces soy esto y a veces aquello. Te importa? Ya no sé si daría lo mismo estar o escapar. Al fin y al cabo siempre tendrás una mano amiga. O no? Ah, cierto. Nadie lo hace como yo. Nadie duda tanto como yo. Está bien, es así. Me resigné a que el presente viva ausente. Y así me hago adicto a este juego de no saber jamás cuál es la realidad.
Me gusta fingir una inocencia que ya nadie podría creer, y me sorprende que aún confíes en mis palabras. Darte estas manos que ha nadie han tocado, esta boca que nada a tocado. Nada sé hacer, sólo espero tu guía, tu apoyo! Sí! Tu gran apoyo! Firme, insoslayable, magnánimo... Oh, si! Jamás antes había visto a nadie como tú! Eres perfecto! El mejor! Sí... Y así me hago adicto a este juego de cambiar la verdad por palabras que me den algo más práctico que el valor de ser honesto.
No te vayas, quédate a mi lado. Sólo un minuto más. No soporto las despedidas, es mejor irse con lo puesto y sin aplausos. Mis zapatos de vagabundo ensuciando tus sábanas, y mi lengua limpiando tus ganas. Perra. Sucia. Sucio? Sucia? A veces soy esto y a veces aquello. Te importa? Ya no sé si daría lo mismo estar o escapar. Al fin y al cabo siempre tendrás una mano amiga. O no? Ah, cierto. Nadie lo hace como yo. Nadie duda tanto como yo. Está bien, es así. Me resigné a que el presente viva ausente. Y así me hago adicto a este juego de no saber jamás cuál es la realidad.