febrero 01, 2012

Polvos de una Relación

A veces me pregunto qué es lo que nos queda cuando algo termina. Hubo una gran conexión, momentos vividos y la firme promesa de nunca separarnos, para luego terminar cruzándonos por casualidad en la calle, mirándonos como dos extraños. Todo el amor que hubo se transforma en odio o indiferencia y quizás esas palabras sean para otras personas, quienes luego serán destinatarios de ese odio o indiferencia para seguir con este ciclo una y otra vez.

Hay unos pocos afortunados que luego de una ruptura se convierten en amigos. Afortunados? No sé como hacen para ver a su ex con otras personas, continuando su vida como si nada. Perdónenme, pero creo que la amistad con un ex sólo es buena cuando uno es quien mejor posicionado queda en ese momento. Porque, si yo quedé arruinado tras una ruptura y él está fabuloso, no quisiera saberlo.

Una vez me dijeron que un ex amigo es como una ex pareja. Todo termina mal, es incómodo encontrarse en ciertos lugares y se crea una especie de competencia por estar mejor que el otro. Digamos que es cierto. La no-relación, esa etapa que comienza cuando sólo queda la incomodidad de supuesto encuentro casual (que quizás no se produzca más que en nuestra cabeza) con alguien que ya no forma parte de nuestra vida, paradójicamente es la etapa más larga y duradera de cualquier relación. 

Aunque quisiera creer que se puede tener una no-relación civilizada, es difícil congelar los sentimientos para sólo sonreír al verlo, como si nada hubiese pasado. Vivimos en una ciudad que constantemente nos ofrece millones de historias, cada vez más breves. Serán las no-relaciones la nueva manera de relacionarse?

3 comentarios:

Rodrigo dijo...

Coincido en que es la etapa más larga y más dolorosa. A mí me cuesta la ruptura, sobre todo si quien puso el punto final no fui yo. Y también coincido en que es la etapa más difícil. Es, salvando distancias, algo así como superar la pérdida de un ser querido... algo que nunca se logra, aunque con el tiempo uno puede, de alguna manera, aprender a vivir con ello. Por eso, la no-relación hay que laburarla internamente CADA DÍA. Es mentira que un clavo saca a otro clavo y todas esas boludeces... Porque nada externo puede aplastar a lo que llevamos dentro, a todo aquello involuntario.
Es cierto, la sociedad en la que vivimos está cada vez más acostumbrada a vivir en no-relaciones. Yo me opongo. No pienso plegarme a vivir superficialmente de por vida. Me juzgarán ingenuo, pero yo apuesto al amor y no a la eterna inmadurez sentimental, ni a la promiscuidad. ¿Me fui a la mierda?

lostreinta dijo...

Hermoso aporte. Las no-relaciones también son inevitables, lamentablemente. Siempre se va gente de nuestro lado, ya sea nuestra decisión o no, y hay que convivir con eso. No tengo mucho para agregar a lo que dijiste, ya que es maravilloso :)

Anónimo dijo...

Supongo que sí pueden haber no-relaciones sanas. Sólo que a mí hasta ahora no me ha tocado ninguna.