febrero 08, 2012

Caballos Salvajes


La otra noche salí a pasear por la ciudad y terminé en la casa de una amiga. Cuando llegué, me encontré con dos amigos suyos y me quedé un rato conversando. Uno de ellos, cuarentón y amante de las mujeres adineradas, me contó sobre una mujer a la que había conocido horas antes. "No me gustó, tenía una actitud muy independiente... Hablaba mucho, y a mi me gustan las mujeres sumisas". Sí, usó la palabra "sumisas". Fue como si esas palabras se hubiesen adueñado del momento, impidiéndome pensar en nada más.

Al volver a casa, seguía pensando en lo mismo, y me preguntaba si las relaciones no se basan en algún punto en un acercamiento estilo presa/cazador, quizás con roles fijos o no, pero siempre manteniendo la idea de cazar una presa o de dejarse atrapar. Y si la idea de sentir que la ciudad no es más que una selva llena de animales disfrazados de seres racionales es un poco decepcionante, mucho más lo sería lo que sentí al llegar a la dolorosa conclusión de que los caballos salvajes quizás corramos el peligro de vivir en la más amarga soledad. Acaso la libertad cuesta tan cara? O es más caro el precio a pagar por una compañía?

Ahora entiendo muchas cosas. Esas dulces parejas en realidad no son más que una presa llevada de la mano de un cazador hábil, y los anillos de compromiso esposas invisibles que atan a esos animales domesticados, diciendo "esto es mío, no te atrevas a mirarlo". Pobres caballos salvajes, destinados a galopar eternamente por los prados de la soledad! Condenados a muerte por las miradas compasivas de esas presas más afortunadas que nosotros, felices y plenas bestias domesticadas.
Quizás el error sea pensar que la domesticación es la llave de la felicidad, o la única alternativa posible. Los caballos salvajes podemos unirnos entre si y galopar eternamente por los prados de la libertad. Sólo es cuestión de mirar alrededor para saber si hay otro caballo salvaje sin rumbo fijo, para sonreírle e invitarlo a galopar juntos un rato. En definitiva, para nosotros el amor a la libertad es más grande que cualquier otra cosa.

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