A mi querido futuro ex novio y trauma amoroso:
Pensando en vos escribo esto. Sí, en vos... Porque recién te conozco y me deslumbrás con tus palabras y tus gestos. Con esa forma de mirarme que me hace creer en el amor eterno, en un mundo sin violencia y sin mentiras, donde las personas conviven unidas gracias al afecto y la comunicación. Te escribo sabiendo que sos lo mejor que me pasó en esta última semana, la única certeza en este mar de dudas que los hombres vivimos día tras día.
Pero, aunque me deslumbres con tus palabras y tus gestos, ya sé que en el fondo, tarde o temprano, me vas a demostrar que sos más de lo mismo. Porque ahora me decís que te interesan mis cosas y mis ideas, pero yo sé que sólo me escuchás al pasar esperando el momento de que nos revolquemos en una cama o en el sillón de un boliche, o donde sea. Porque no podés escaparle a tu instinto de pelotudo, buscás y buscás pero al final no me vas a contestar el teléfono debido a tus múltiples e inventadas ocupaciones que, casualmente, aparecen en el preciso momento que acabás. Y, por sobretodas las cosas, porque vas a echarte un polvo que a mi no me moverá un pelo para luego quedarte dormido, creyendo que provocaste un tsunami en mi sexualidad como nadie lo hizo antes.
Vos, pedazo de pajero recalcitrante, jurando que pensás en mí todo el día, pero seguramente le vas a echar el ojo hasta al sodero. Te pensás que me voy a comer esta película por mucho tiempo? No existe esa fidelidad que me querés vender, aunque llegado el caso la vas a disfrazar de "error" y dirás que "la carne es débil". Yo sé que lo vas a hacer porque vas a demostrar lo forro que sos, y no por una simple debilidad.
Sin más que decir, saluda atentamente.
Tu futuro ex novio y futura pesadilla.
Pensando en vos escribo esto. Sí, en vos... Porque recién te conozco y me deslumbrás con tus palabras y tus gestos. Con esa forma de mirarme que me hace creer en el amor eterno, en un mundo sin violencia y sin mentiras, donde las personas conviven unidas gracias al afecto y la comunicación. Te escribo sabiendo que sos lo mejor que me pasó en esta última semana, la única certeza en este mar de dudas que los hombres vivimos día tras día.
Pero, aunque me deslumbres con tus palabras y tus gestos, ya sé que en el fondo, tarde o temprano, me vas a demostrar que sos más de lo mismo. Porque ahora me decís que te interesan mis cosas y mis ideas, pero yo sé que sólo me escuchás al pasar esperando el momento de que nos revolquemos en una cama o en el sillón de un boliche, o donde sea. Porque no podés escaparle a tu instinto de pelotudo, buscás y buscás pero al final no me vas a contestar el teléfono debido a tus múltiples e inventadas ocupaciones que, casualmente, aparecen en el preciso momento que acabás. Y, por sobretodas las cosas, porque vas a echarte un polvo que a mi no me moverá un pelo para luego quedarte dormido, creyendo que provocaste un tsunami en mi sexualidad como nadie lo hizo antes.
Vos, pedazo de pajero recalcitrante, jurando que pensás en mí todo el día, pero seguramente le vas a echar el ojo hasta al sodero. Te pensás que me voy a comer esta película por mucho tiempo? No existe esa fidelidad que me querés vender, aunque llegado el caso la vas a disfrazar de "error" y dirás que "la carne es débil". Yo sé que lo vas a hacer porque vas a demostrar lo forro que sos, y no por una simple debilidad.
Sin más que decir, saluda atentamente.
Tu futuro ex novio y futura pesadilla.
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