octubre 18, 2010

69

Mirando mi blog, me di cuenta de que esta entrada es nada más y nada menos que el número que da título a la misma. Un gran número, disparador mental que me lleva hacia infinitos lugares y a un estado en donde no sé donde comenzaron mis asociaciones ni hacia qué punto de mi percepción me llevarán.
Todo el tiempo el universo nace y muere, adoptando distintas formas. Cada final está enlazado con un nuevo principio, cada límite significa división pero también es la unión misma de dos territorios. Es como dar un giro de 360°: volvemos al punto de partida, pero con el aditivo de haberlo recorrido todo, sabiendo que es erróneo pensar en el giro total como algo vacío que sólo nos lleva a donde estábamos en un principio. Sentirse como un recién nacido que posee la noción de la experiencia adquirida en vidas pasadas y siente ansias de contarlo todo. Nuevo y sabio.
No importa desde donde se lo mire, el 69 es siempre 69. Es un ida y vuelta. Luminoso y circular. Infinito e inalterable.

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