septiembre 01, 2009

Blue

Vos no me dejaste, tampoco yo a vos...

Somos almas que se han separado tan azarozamente como se unieron un día, una noche. Me quedé vacío, un poco mudo, un poco sordo desde aquel momento que veía llegar pero no quería vivir jamás... y a la vez provoqué (in)conscientemente.
Ninguna mirada es como la tuya, aunque la sienta en algún momento. Ninguna voz suena como la tuya, aunque la busque todo el tiempo. Tendremos caminos distantes pero siempre se unirán en algún punto: esa será tu condena, la mía. Y tal vez seamos animales predestinados a la soledad y al cambio constante, pero pese a todo seguiremos buscando en otras voces aquellas cosas que nos decíamos uno al otro porque sabíamos que era precisamente lo que queríamos escuchar. Al fin y al cabo, no hay nada más agridulce para un adicto que otro adicto preso de la misma droga. Y nosotros disfrutamos cada segundo de ese castigo agradable que era encontrarnos.
Puede que mis manos no te toquen, pero pueden sentir esa vibración. Es como si tuvieran memoria de otro tiempo. Podrías desaparecer por completo de mi mente, mi cuerpo recordaría de todos modos.
No vuelvo a encontrarte. Vos a mi tampoco. Te molesta? A mí si y no. Creo que debe sucederte lo mismo. Me robaste la condición de la sorpresa. Puedo leerte entre líneas, puedo verte más allá de todo.

No hay comentarios.: